dimarts, de desembre 12, 2006

Más Panes

Trabajar en una panadería me está regalando numerosas y curiosísimas anécdotas.
Desde el estudio antropológico de los distintos tipos de clientes, hasta un buen compendio de respuestas "amables".

Entre los clientes encontramos especímenes diversos que oscilan entre el "dame pan". "¿Qué pan quiere, sr? " "No sé, pan". Con la subsiguiente variación "dame un pan" y "dame una barra" "¿De cuales?" "No sé, una de esas". Están los que te señalan lo que quieren con el dedo "dame esa barra" con los subgéneros "pido una barra y señalo otra" (ah, ¿No es esa?), y el abuelito que levanta el dedo, te señala, y luego señala lo que quiere (la gente de la tercera edad adora la mímica), los que se quedan al lado de la puerta y esperan a que salgas a recibirlos (o te hacen señas desde ahí), los que entran sin ni saludar y los que te cuentan un secreto (acercándose y susurrando "me pones una baguette, eh?").
Luego están los pedagogos, que te hablan como si fueras un niño de cinco años o te preguntan "¿me has entendido?". Con la variante "me pones tres barras, pero tres, eh?" a lo que nadie responde "si, tranquila, sé contar hasta tres", para al cabo de unos segundos decir "ponme un croasant, pero uno, eh?" a lo que inevitablemente se contesta "si, señora, también sé contar hasta uno".
Luego están los que tienen claro lo que quieren. "Dame un pan de medio cortado" "No me quedan señora" "Pues ponme una baguette y un pan de medio cortado". "Lo siento señora, siguen sin quedarme". Los que dudan, y te van pidiendo y despidiendo hasta que la cola llega a la puerta, los que no se aclaran y los que no saben cómo expresar sus deseos.
Luego están los que no quieren una barra, sino LA barra. "Esa barra de ahí. ¡No! La de la izquierda, esa no más a la derecha, la de atrás, esa, la del lado. Sí esta."
Están los que quieren encontrar variedad y el pan calentito cinco minutos antes de cerrar (y a todas horas, por supuesto) los que "en la gasolinera me la dan calentita" ("pues métala en el microondas como hacen ellos"), y los que saben lo que no quieren "¿Tiene baguette integral sin sal?" "sí, me quedan dos" "oh, vaya, pues dame una integral normal".
Están los que pagan una baguette con billetes de veinte o incluso de cincuenta, con el récord del hombre que pagó dos flautas integrales (1'26€) con un billete de 100 y se quejó por lo caras que le parecían.
Luego están los que quieren tomar algo y vienen a panadería y les dices "si es para tomar aquí por favor sientense y les atenderá mi compañero" a lo cual la casi invariable respuesta es "y ponme.."

En fin, de momento mejor dejarlo aquí, otro día os obsequiaré con los greatest hits de nadie en cuanto a respuestas amables.

Portense mal y pasenlo bien!

2 comentaris:

Anònim ha dit...

Si es que.............. lo llevo diciendo toda vida........... con tanto gilipoias vestido de........... venga va, ser humano............ puede haber......... democracia?

Anònim ha dit...

Curioso despiece de la fauna humana. Cada oficio es un mundo, pero la gente es la misma en todas partes.