dimecres, de juny 07, 2006

Andando por el tejado.

Aunque a veces no pasen sólos, los días siempre acaban pasando.
Se suceden aunque nada suceda. Continuamente. Indiscretamente. Por eso sería matemáticamente absurdo hablar de días, o tratar de confundir las medidas discretas de tiempo que necesitamos para creer que funcionamos ordenadamente con el discurrir del tiempo que medimos.

Pero los días siempre acaban pasando. Continuamente. Indiscretamente.
Los plazos se acortan, los márgenes se estrechan, las fechas límite se acercan. Aunque algunas, las ya pasadas, se alejan.

Tropiezo con una piedra. La tomo y la tiro, con todas mis fuerzas.
Y cae sobre mi propio tejado.
Y he tirado una piedra sobre mi tejado y tropiezo con ella.
De nuevo.
Y tropiezo dos veces con la piedra que he tirado sobre mi propio tejado.
Y sin levantarme del suelo. Sin dejar de arrastrarme por el suelo.

Andando por el tejado.

1 comentari:

Anònim ha dit...

i així tota la vida...