divendres, de juny 30, 2006

Implicación última del monstruo:

La paradoja del gato de Schrödinger, que pretendía ser un arma contra la mecánica quántica y su aceptación y acabó por convertirse en un juguete, a modo de corolario, de los defensores de la teoría nos demuestra a partir del principio de incertidumbre, que si metemos a un gato en una caja y apretamos un botón que en un 50% de los casos le provocará una descarga mortal y en el otro 50% no le hará nada, sin que desde fuera de la caja pueda observarse de modo alguno si la descarga se ha producido o no, el gato no estará ni vivo ni muerto hasta que la caja sea abierta.
Esto nos conduce a pensar que si en vez de un gato situáramos a una persona en la caja ésta no estaría ni viva ni muerta desde el momento en que el botón es accionado hasta el momento en que la caja es abierta.
Por otro lado, en el caso de que el botón haya sido apretado y no haya sucedido nada, el individuo en el interior de la caja no tendrá modo alguno de saber si el botón ha sido accionado o no. Para él, por el mismo principio, el botón no habrá sido apretado ni habrá dejado de serlo (todavía) hasta que la caja se abra. Pero respecto a sí, él mismo está vivo, aunque para aquellos fuera de la caja el botón ya haya sido apretado y él no esté ni vivo ni muerto.
Y aún eso no es todo. Si no hubiera caja que abrir, si se hubiera liberado al sujeto con un microchip implantado que dejara de transmitir información al accionarse – independientemente de que se hubiera producido la descarga o no – y no hubiera modo de saber si el sujeto murió o no, y el sujeto no tuviera forma alguna de saber si el botón hubiera sido finalmente o no apretado, el principio de incertidumbre permanecería del mismo modo indefinidamente, irremediablemente.

Así se demuestra, pues, que las diferencias entre lo que unos conocemos y otros ignoramos, lo que unos percibimos y otros no, aquello sobre lo que unos tenemos certeza y otros incertidumbre, no hacen tan sólo que percibamos de un modo distinto una misma realidad, sino que provoca que vivamos en realidades efectivamente diferentes.

Xavier Mauri.